Te dejo aquí unos pensamientos en esta hora en que tengo que marcharme. Han sido mis compañeros. Deseo que te sirvan.
De bienes y dinero, ten lo justo. Es más rico el que menos debe, no quien más posee.
No quieras agradar a todos, ni ignores lo que los demás sienten. Sé honesto cuando hables, atesora silencios y mide tus palabras, pero ante todo y sobre todo, sé fiel a ti mismo.
Busca siempre el lado bueno de las cosas, aún en las más tristes. La risa sincera y el buen humor son la mejor medicina para el alma.
Procura, con tu fantasía, la belleza. Créala. Sé bello.
Ama. Ámate, pues el amor propio es la medida del amor al otro, y el amor es la medida de todas las cosas. Ama a tu cuerpo, a quienes tienes cerca y al hogar común que es esta tierra.
No renuncies al espíritu. Cultiva el misterio, que habita el universo, trasciende lo inmediato y ten sed de absoluto.
Y recuerda: estamos hechos del espacio entre las letras que forman las palabras. Allí, en lo infinito, nos reencontraremos.